Más allá de la frontera tenemos la peligrosa Periferia. Un vasto territorio compuesto por mundos y culturas heterogéneas donde impera la ley del más fuerte y donde no existe un gobierno unitario. Dentro de este variado mosaico cultural y territorial abundan los piratas, corsarios y todo tipo de bandidos, también comerciantes y hombres y mujeres de fortuna. Allí se practica el comercio de esclavos, es donde se suelen concentrar la mayoría de las razas gliesianas, y donde se practican los cultos astrales con mayor libertad y en mayor variedad.
Debido al peligro y la inestabilidad de esta zona del espacio, no existen ni las infraestructuras ni el nivel de desarrollo tecnológico necesarios para crear tecnología compleja. Artefactos como las astronaves, han ido llegando desde los Reinos Centrales, de un modo u otro, a lo largo de las centurias. Al no tener a los Mensajeros para crear tecnología nueva desde cero, más allá de algunos objetos sencillos, los mecánicos de la Periferia han aprendido, por medio de la ingeniería inversa, a romper los sellos sagrados1 y modificar y reparar los modelos originales, alargándoles la vida e incluso mejorando algunas de sus especificaciones. Como reza un dicho común "en la Periferia todo se aprovecha y se recicla". No es raro ver astronaves remodeladas o construidas a partir de piezas de otras; algo mal visto en los mundos próximos en ideologías a los reinos, pero sin llegar a alcanzar el carácter herético o ilegal que tiene en estos.
Debido a la herencia cultural transmitida por los cultos astrales, que ven moralmente mal cualquier uso descontrolado del saber, este tipo de alteraciones le resultan oscuras e incluso peligrosas al ciudadano medio de los mundos exteriores, pero son más comunes de lo q se admite formalmente, por una cuestión de necesidad. No es raro que se considere que el hecho de ver una astronave el cielo, o a sus propios tripulantes en tierra, sea un síntoma de malos augurios o una invitación a la mala suerte. Esto es así sobre todo para los religiosos más ortodoxos y sus seguidores, ya que para ellos la tecnología es un desafío al orden natural creado por los dioses. Los hombres y mujeres del espacio tienen una visión más flexible de estas ideas, e incluso encomiendan sus naves a los dioses a modo de bautismo.
Los mundos de la frontera: Una seguridad relativa.
El nivel de civilización va en función de la proximidad con los Reinos Centrales; por lo tanto los mundos de la frontera son relativamente los más seguros y habitables. La mayoría de las rutas comerciales cruzan por estos sistemas estelares, dedicados sobre todo a las actividades de intercambio de excedentes artesanales, tecnológicos, mineros y agropecuarios.
Estos planetas han llegado a cierto grado de organización interna y existen acuerdos comerciales, o grupos como la Liga de comerciantes2 que operan entre diferentes mundos, pero se tiende al autogobierno y la auto-subsistencia. En caso de necesidad pueden aliarse frente a una amenaza común, cuando sus propias milicias ciudadanas no bastan para defenderse. No es extraño que cuenten con sus propios órganos de gobierno, muchas veces compuestos por un consejos de iguales, liderados por los personas relevantes en la vida de las ciudades. Aunque no existe una nobleza, sí que se pueden llegar a formar pseudo-aristocracias, basadas en el nivel de riqueza, sobre todo en al caso de los comerciantes más ricos, pero siempre partiendo de la base de la igualdad ante la ley de todos los ciudadanos.
Consejos y asambleas son la forma de gobierno común en los mundos de la Periferia. Aunque no existe uno solo planeta organizado del mismo modo que otro, sí que hay similitudes y tendencias que se repiten, debido al intercambio de ideas y personas a lo largo de las rutas comerciales. Prima la identidad local, pero existe una conciencia de pertenecer a los mundos de la frontera, que comparten intereses y enemigos comunes, y aspiran a vivir con cierto nivel de estabilidad y civilización.
Esta frágil seguridad se ve amenazada a menudo por bandidos, mercaderes de esclavos, corsarios y piratas, atraídos por los preciados cargamentos, o poteniciales prisioneros, que circulan por la frontera.
Estos sistemas estelares viven bajo la constantes amenazas que llegan de los mundos exteriores, donde la vida es mucho más extrema y impera de forma más extrema la ley del más fuerte.
Aunque se consideran a si mismos mundos libres, y en ellos se practican con libertad los cultos astrales, algunas de las ideas de los mundos centrales, y credos de Los Mensajeros, se dan también aquí, y no es raro encontrar seguidores de la ley de los mensajeros. El proceso de aprendizaje es sobre todo por medio de la transmisión oral del saber. Solo unos pocos conocen el lenguaje de las computadoras o el alfabético administrativo, el resto utiliza los códigos de símbolos que han heredado durante cientos de años, vía tecnología y otros objetos, de los Reinos Centrales.
Los mundos exteriores: La ley del más fuerte.
A medida que nos alejamos de la seguridad de los Reinos centrales y los mundos de la frontera, la vida es más dura. En muchos de los mundos externos los mundos son de una habitabilidad más difícil y sus habitantes se han adaptado con los años a vivir en entornos áridos y hostiles, o entre las ruinas de un pasado glorioso y olvidado. Los gliesianos están muchas veces mejor adaptados a los ambientes extremos, y aquí son muy comunes. Los grupos que pueden ejercer la fuerza con eficiencia para dominar o no ser dominados, son los que prosperan en esta zona alejada del espacio. Algunos líderes, reyezuelos y caciques de gobierno efímero se logran imponer al resto durante cierto tiempo, a veces durante décadas, y gobernar extensiones que comprender varios mundos, como en el caso de los esclavistas de Sirburán, especializados en el tráfico humano y que suelen aliarse con bandas de corsarios.
También se practican aquí las variantes más ortodoxas y radicales de los cultos astrales, como es el caso de las Hijas del Cometa. Corsarios, bandidos, mercenarios, piratas y filibusteros, forajidos y huidos de la ley, encuentran refugio en estas zonas alejadas de la civilización, donde la potencia de fuego es más importante que la estabilidad política. También existen aquí mundos que sobreviven aprendiendo defenderse, llegando a acuerdos económicos con grupos poderosos a cambio de protección.
Los restos de un pasado olvidado.
Anteriormente a La Paz de los Mensajeros3, y la subsiguiente formación de los reinos, los sistemas civilizados de La Expansión comprendían un espacio mucho mayor que, tras la Guerra de la Codicia4, se contrajo considerablemente. Los mundos que se quedaron fuera entraron en decadencia con el paso de las décadas al desaparecer, por voluntad divina para algunos, la tecnología que mantenía los ambientes habitables. Las civilizaciones que los habitaron, al cerrarse la frontera y tener que sobrevivir en un espacio que se volvió hostil e inestable, terminaron desapareciendo en el tiempo. En la actualidad, no es extraño encontrar ruinas de antiguas ciudades en algunos de estos mundos, así como los pecios de astronaves destruidas hace centurias en las masivas batallas estelares; pero tras más de 1500 años, más allá de algunos cazadores de tesoros, los habitantes actuales desconocen la historia de estos restos.
1 Sellos sagrados: La tecnología fabricada por los Mensajeros lleva sellos que han de romperse para poder ser intervenida o modificada. Ésto es considerado un acto herético en los Reinos, y aunque en la frontera se hace, se hace a riesgo de arruinar la pieza. Solo los mecánicos más experientados puede romper un sello sin malogar las piezas. Las naves con sellos rotos en sus piezas son multadas en los reinos y deben rendir cuentas a los Mensajeros.
2 Liga de Comerciantes de la frontera, o La Liga. Una asociación neutral que abarca varios mundos de las rutas comerciales, y que regula las tasas de comercio, ferias, medidas, cantidades y precios, e intercambio de información, y se que une frente amenazas comunes como los bandidos, corsarios y piratas del interior, organizando convoyes escoltados o contratando a mercenarios cuando es necesario.
3 Paz de los Mensajeros, La:
Tiene sentido histórico, cultural, pero también es un conjunto de ideas abstractas que tienen que ver con la mentalidad de las gentes de los reinos, y que en algunos casos es vista también así desde fuera de los mismos. No solo es un periodo, desde el fin de la Guerra de la codicia hasta el presente; también es un ideal de vida mantenido y a mantener, individual y colectivamente. Tiene también un sentido geográfico, pues se llama así a los Reinos Centrales, entendidos como el territorio por el que los Mensajeros velan.
4 Guerra de la Codicia, La, o Guerras Comerciales:
Periodo inmediatamente anterior a los 1500 años de Paz de los mensajeros. Se caracteriza por ser un momento largo, de más de 100 años, y violento, durante el cual los Estados Corporativos se enfrentaron entre si durante largos conflictos armados para disputarse los sistemas estelares más ricos en recursos de la Expansión. El final de estas guerras coincide con el advenimiento de los Mensajeros, y desembocó en la constitución de los primeros Reinos Centrales, así como una contracción de las fronteras.
Algunos lugares de La Periferia |
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